miércoles, abril 21

El Libro de Saladino


Título original: The Book of Saladin

Autor: Tariq Ali

Contexto: Islam / Medio Oriente

Año: 1998





Resumen

Isaac Ibn Yakub es un judío estudioso de la Ley de Dios y cronista de sus antepasados. Su vida transcurre sin muchos preámbulos en la ciudad de Damasco hasta que, una tarde del verano del año 1184 recibe una inesperada visita. El hombre, sentado en un rincón de su habitación, le tiene un buen empleo: escribir sobre los acontecimientos que están a punto de sucederse en el mundo del Islam para dejar un registro completo y testimonio riguroso a las generaciones venideras. Le asegura que el Reino Cristiano de Jerusalén está a punto de desmoronarse y los musulmanes y judíos recuperarán sus preciados templos de Al-Khadisiyya y Sión. Finalmente le entrega una carta con la que debe presentarse en el palacio del sultán y se marcha. Pero detrás de su estampa, Ibn Yakub descubre en la pose de caballero, el andar determinado y el rostro ennoblecido a la persona de Salah ad-Din Yussuf Ibn Ayyub: el sultán Saladino.

Tariq Alí nos comparte esta fascinante historia sobre uno de los conflictos más comentados: la Tercera Cruzada. Para una persona con un punto de vista occidental (como un servidor) es una obra de refuerzo, buena novela, fácil de digerir y con un volumen justo. La narración se centra en el testimonio histórico de un escritor al cual Saladino le ha encomendado escribir sobre los acontecimientos que giran a su alrededor: tanto proesas como traspiés. Saladino tiene a muchos escritores; uno de ellos, Imad al-Din, llegaría a convertirse en uno de los más grandes escritores medievales del mundo musulmán. Por eso Saladino elige a Ibn Yakub, un judío, pues está seguro de que éste dará testimonio fiel tanto de lo bueno como de lo malo que ocurra en torno a la figura del sultán.

Comentarios

El estilo manejado por Tariq Alí en esta obra es algo parecido al de «A la sombra del granado», con tintes poéticos y épicos, aunque en este caso manteniendo más la narración simple. El escritor tiene el acierto de utilizar al mínimo el testimonio de los personajes históricos y centra loss recuerdos o memorias en personajes ficticios, como un viejo escudero de la familia del sultán, una de sus concubinas o uno de los criados de palacio. La narrativa bélica es casi ausente, demostrándola en un par de batallas sin descripción directa, como de un lejano acontecimiento, así como también los elementos secundarios de los personajes. La obra se introduce completamente en las vivencias de Saladino: su infancia, su juventud, sus primeras campañas militares y acciones de gobierno, la manera en que se hizo con el control total de los emiratos musulmanes, sus conflictos y amistades con los personajes más prominentes del cristianismo en Ultramar. Nos retrata a un Saladino de carne y hueso, no el adalid del que estamos acostumbrados a leer en las obras occidentales, sino al hombre de necesidades, caprichos y excesos, combinado con la persona más conservadora y frugal del mundo islámico. Un personaje que, justo después de su muerte, solo contaba con 54 dirhams para su entierro (una hogaza de pan costaba 15 dirhams).

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