Título original: Life and death of colonel Blimp
País: Reino Unido
Reparto: Roger Livesey / Deborah Kerr / Anton Walbrook
Contexto: Primera y Segunda Guerra Mundial
Género: Drama
Año: 1943
-¿En dónde dijo el general que había combatido?
-En África; pero esas no eran guerras, eran días de campo y paseos a la luz del Sol.
Reseña
Es el año de 1943 en el Reino Unido, y el general Clive Wynne-Candy envía una orden al teniente de su unidad en Londres: «Inicie Operación Burbujas. Máximos elementos. Simulacro a las 14.00. Haga lo que sea necesario». La misión consiste en atrapar a una espía alemana de la cual, solamente el general conoce su identidad. Y la medida que adopta el teniente es apresar al mismo general mientras se encuentra en los baños de Hunter's Lodge. Pero el general Clive Wynne-Candy es un caballero y no puede concebir la falta de escrúpulos y la altanería propios de la nueva generación de soldados. Y después de una dura reprimenda, comienza un viaje épico a través de sus memorias.
Clive Wynne-Candy, soldado de Su Majestad, por méritos en un par de batallas en la Guerra de los Bóers, es ascendido a capitán. Hacia finales del siglo XIX, el capitán Wynne-Candy regresa de África para tomarse unas bien merecidas vacaciones y visitar a sus amigos aristócratas en Londres, muchos de ellos militares, otros funcionarios, y unos cuantos simples dandies paseando por la alta alcurnia británica. Fiestas de salón, rondas de té, bailes en palacios y suntuosas mansiones y clases privadas de ética, filosofía y etiqueta. Era una época en la que amigos y enemigos se respetaban. Una época en que, en el frente del campo de batalla, cuando dos oficiales enemigos se encontraban, se daban un fuerte abrazo, descorchaban una botella de vino de Porto y se sentaban a platicar entre empalizadas y cercos de alambre sobre la añoranza y la melancolía de la madre patria, algunos llorando a su querida Holanda, otros a Alemania y los más a Inglaterra. El mismo capitán Wynne-Candy haría algunas amistades extranjeras, unas de las mejores con un oficial alemán de su misma graduación. Pero los tiempos dorados no duran por siempre, pues las guerras, una vez entrado el nuevo siglo, se recrudecerían escandalosamente.
Clive Wynne-Candy pasaría a convertirse, durante las dos guerras mundiales posteriores, en coronel y general, y se reencontraría varias veces con sus amigos, pero cada vez menos convencidos del sentido caballeresco de las batallas y más enemistados, contagiados por una pasión ferviente hacia su patria, único objeto de lealtad. El general va convirtiéndose, de esa manera, en un viejo soñador, recordando cada vez que tiene oportunidad sobre el honor, el valor y el respeto que profesaba el soldado de antaño, aquél que iba a la guerra sin conocimiento de objetivo, simplemente a pegar tiro, pero no a odiar a sus semejantes. Y conforme pasa el tiempo, más se apena y más le duele la pérdida de la sinceridad y la honestidad, el sentido noble y glorioso que tenían las guerras, aquellas en las que el soldado se introducía para ganar fama, respeto y dignidad.
Comentarios
«Vida y muerte del coronel Blimp» es una obra hermosa y brillante, cómica y melancólica al mismo tiempo y con una capacidad de enternecer hasta al más ajeno espectador. A pesar de ser una obra muy vieja, encaja al público en la narrativa por la fuerza de las representaciones, la comicidad de muchas situaciones y lo crudo de la temática. Creo que muchos de los amantes del belicismo, de las batallas, de las guerras, nos hemos argumentado más de una vez:
-«¡Qué grande sería que las batallas fueran como antaño! Morir por lealtad, por pasión, por gloria, por sentimiento, y no por intereses económicos ni porque así lo quiere una empresa».
Es cierto que este comentario es un poco maniqueísta, pero también es cierto que, desde hace mucho tiempo, el respeto hacia el enemigo en el campo de batalla quedó completamente olvidado. Se tuvo que idear un plan de tratamiento a heridos, prisioneros, caídos en combate y náufragos -Convenios de Ginebra -para contrarrestar el efecto que la psicosis, la pérdida de valores y el incremento de la violencia causaban en las guerras. Y el filme que hoy tratamos lo retrata a la perfección.
Es el año de 1943 en el Reino Unido, y el general Clive Wynne-Candy envía una orden al teniente de su unidad en Londres: «Inicie Operación Burbujas. Máximos elementos. Simulacro a las 14.00. Haga lo que sea necesario». La misión consiste en atrapar a una espía alemana de la cual, solamente el general conoce su identidad. Y la medida que adopta el teniente es apresar al mismo general mientras se encuentra en los baños de Hunter's Lodge. Pero el general Clive Wynne-Candy es un caballero y no puede concebir la falta de escrúpulos y la altanería propios de la nueva generación de soldados. Y después de una dura reprimenda, comienza un viaje épico a través de sus memorias.
Clive Wynne-Candy, soldado de Su Majestad, por méritos en un par de batallas en la Guerra de los Bóers, es ascendido a capitán. Hacia finales del siglo XIX, el capitán Wynne-Candy regresa de África para tomarse unas bien merecidas vacaciones y visitar a sus amigos aristócratas en Londres, muchos de ellos militares, otros funcionarios, y unos cuantos simples dandies paseando por la alta alcurnia británica. Fiestas de salón, rondas de té, bailes en palacios y suntuosas mansiones y clases privadas de ética, filosofía y etiqueta. Era una época en la que amigos y enemigos se respetaban. Una época en que, en el frente del campo de batalla, cuando dos oficiales enemigos se encontraban, se daban un fuerte abrazo, descorchaban una botella de vino de Porto y se sentaban a platicar entre empalizadas y cercos de alambre sobre la añoranza y la melancolía de la madre patria, algunos llorando a su querida Holanda, otros a Alemania y los más a Inglaterra. El mismo capitán Wynne-Candy haría algunas amistades extranjeras, unas de las mejores con un oficial alemán de su misma graduación. Pero los tiempos dorados no duran por siempre, pues las guerras, una vez entrado el nuevo siglo, se recrudecerían escandalosamente.
Clive Wynne-Candy pasaría a convertirse, durante las dos guerras mundiales posteriores, en coronel y general, y se reencontraría varias veces con sus amigos, pero cada vez menos convencidos del sentido caballeresco de las batallas y más enemistados, contagiados por una pasión ferviente hacia su patria, único objeto de lealtad. El general va convirtiéndose, de esa manera, en un viejo soñador, recordando cada vez que tiene oportunidad sobre el honor, el valor y el respeto que profesaba el soldado de antaño, aquél que iba a la guerra sin conocimiento de objetivo, simplemente a pegar tiro, pero no a odiar a sus semejantes. Y conforme pasa el tiempo, más se apena y más le duele la pérdida de la sinceridad y la honestidad, el sentido noble y glorioso que tenían las guerras, aquellas en las que el soldado se introducía para ganar fama, respeto y dignidad.
Comentarios
«Vida y muerte del coronel Blimp» es una obra hermosa y brillante, cómica y melancólica al mismo tiempo y con una capacidad de enternecer hasta al más ajeno espectador. A pesar de ser una obra muy vieja, encaja al público en la narrativa por la fuerza de las representaciones, la comicidad de muchas situaciones y lo crudo de la temática. Creo que muchos de los amantes del belicismo, de las batallas, de las guerras, nos hemos argumentado más de una vez:
-«¡Qué grande sería que las batallas fueran como antaño! Morir por lealtad, por pasión, por gloria, por sentimiento, y no por intereses económicos ni porque así lo quiere una empresa».
Es cierto que este comentario es un poco maniqueísta, pero también es cierto que, desde hace mucho tiempo, el respeto hacia el enemigo en el campo de batalla quedó completamente olvidado. Se tuvo que idear un plan de tratamiento a heridos, prisioneros, caídos en combate y náufragos -Convenios de Ginebra -para contrarrestar el efecto que la psicosis, la pérdida de valores y el incremento de la violencia causaban en las guerras. Y el filme que hoy tratamos lo retrata a la perfección.
-Mi hermano puede ser mi enemigo. -apunta Wynne-Candy -Pero en el campo de batalla trataré de matar a los ideales, no al hermano.
Y para recordar la inocencia perdida en el guerrero, a través de siglos y siglos de luchas en el mundo, guerras de sucesión, guerras civiles, guerras privadas, guerras imperialistas, recomiendo esta película que nos hará soñar y divagar, y agazajarnos con los recuerdos de un viejo general quien, como nosotros, añora los tiempos en que el soldado luchaba con honor, valentía, temple y gallardía, y asesinaba a ideales corruptos o contrarios y no a seres humanos.
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